Coberturas

Invítese una más…

Arrancó un nuevo ciclo musical, a cargo de MIAS y Cultura de la Municipalidad de Salta. La primera jornada se realizó el domingo en el anfiteatro del Parque San Martín.

Fotos gentileza Natalia Lorenzetti y Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Salta

El pasado domingo 17 de abril se desarrolló en el Anfiteatro Gustavo “Cuchi” Leguizamón, del Parque San Martín, la primera fecha de MIAS Invita. El ciclo es organizado en conjunto por una de las asociaciones que aglutina a los músicos independientes salteños y la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Salta.

El concepto del ciclo es propiciar los vínculos entre MIAS y asociaciones homólogas del Norte argentino, y así, en esta primera jornada, los invitados fueron los tucumanos Sed, pertenecientes a UMITA (Unión de Músicos Independientes Tucumanos Autoconvocados). Completaron la grilla dos bandas locales: Jardineros y La Venganza.

Con un anfiteatro dotado de buena concurrencia desfilaron las tres bandas que, además, mostraron una heterogeneidad de propuestas musicales. La apertura estuvo a cargo de los tucumanos, quienes pusieron una nota musical en el estilo de rock barrial, muy emparentado con el sonido de Callejeros.

Luego fue el turno de Jardineros, con una propuesta que musicalmente se mueve dentro del espectro del reggae, y que en el plano de las letras se posiciona desde un lugar de crítica y cuestionamiento a ciertos valores clásicos de la salteñidad.

Finalmente, llegó La Venganza, que enrolados en un rock áspero y con muchas notas post punk (cantado exclusivamente en inglés), pusieron el cierre a esta primera fecha del ciclo.

Algunas consideraciones

Por un lado, el ciclo se integra a las actividades del programa Parque Vivo, mediante el cual el área de cultura municipal propone generar actividades artísticas y culturales en el Parque San Martín. Por otro, MIAS tiene la posibilidad de contar con logística y un mínimo de recursos para poder invitar a bandas de asociaciones de provincias vecinas, y también promover la presentación de músicos asociadas a la entidad.

Así, ambas partes tienen la oportunidad de explorar un vínculo que también exige responsabilidad. La convocatoria del domingo por un lado muestra a las autoridades municipales que los salteños no solamente viven de cumbia y folclore y que por ende también deberían invertir en eventos de música no masiva, como el rock local. En el caso del Anfiteatro Cuchi Leguizamón, esto sería invertir en el mantenimiento del lugar, en mejorar el sonido –que en esta ocasión apenas fue bueno- y otros aspectos que democratizan el acceso a los consumos culturales.

MIAS, por su parte, debe asumir un rol aún más activo, y aprovechar el momento donde el Estado busca un acercamiento, para crecer como asociación, ampliando sus bases de representatividad, y su capacidad de gestión.

Finalmente, los músicos de rock deben dejarse de joder. Deben generar propuestas de trabajo a largo plazo; evitar esa actitud sintomática de armar una banda para separarse a los dos años y armar otra. Ensayar más, vivir la vida de la música en serio, asumiendo una actitud profesional. En síntesis: poner trabajo, esfuerzo y perseverancia, y si es en una dimensión colectiva y participativa, mejor.

Entender que para taladrar en el imaginario cultural salteño y ser parte del cancionero popular -la aspiración máxima, según Yupanqui– queda mucho por hacer.

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