Coberturas

Cosquín Rock 2016 Día 1 | Hay que matar al presidente 

El festival de rock más importante del país sigue firme. En la primera fecha, el excesivo calor y los palos al gobierno desde el escenario fueron una constante. Bien entrada la madrugada, Ciro cerró la jornada.

Fotos por Diego Maita

Verano. Carnaval. Cosquin Rock. El trinomio se mantiene y sigue su exitoso andar. En el arranque de la decimosexta edición, el excesivo calor marcó el pulso del sábado. Un sol a pleno que hizo mella en la piel de miles, a pesar de las gorras, sombreros, protectores solares, o remeras mojadas improvisadas en las testas de los que se aventuraron a llegar temprano.

Con una grilla que no da tregua y es imposible de ver en su totalidad, la decisión corre por cada espectador. En las ganas que se tenga: descubrir algo nuevo, escuchar esa banda de la que vienen hablando varios, caminar cada rincón del lugar y, lógicamente, no perderse al grupo del que son fanáticos.

El plan de la mariposa y su multitudinaria formación llamaron la atención al instante en el escenario principal. En el Taragüi Rock 2015 se llevaron los aplausos de la gente que los veía por primera vez. La situación se repitió en Santa María de Punilla. Los ascendentes Indios se quedaron a mitad de camino, sus hits radiales no fueron suficientes para un grupo que le cuesta el vivo. En el escenario temático dedicado al Heavy en esta jornada, El Buen Salvaje, GTX y Arraigo se destacaron entre los sonidos pesados de la tarde. Lo bueno era la sombra que le daba el escenario a los espectadores.

Pasadas las 17, Las Manos de Fillippi brindaron uno de los mejores shows del día en “la gran vidriera para poder trabajar de la música”, como definió El Cabra al festival. Sentir la rabia de Las Manos y cómo su discurso recobra sentido gritando “Hay que matar al presidente”, en “Cutral-có”. Agitando con “Los métodos piqueteros” y “Sr. Cobranza”. Volvieron los noventa, dicen algunos.

Callate Mark, banda que integra Florían, el hijo de Vicentico, mostró lo suyo en la carpa Geiser, dedicado a las bandas emergentes de la poderosa PopArt. Lo curioso de este lugar son los shows diarios de Catupecu Machu a los que se accede con pulsera solicitada previamente. Una muy buena apuesta por parte del festival, que montó dos escenarios en esa carpa, y una gran chance para los que no vieron o querían volver a ver el espectáculo Madera Microchip.

En el principal, Los Pericos y The Wailers homenajearon al jamaiquino más famoso en el día de su natalicio. Los primeros con su reggae al mando del terror de Twitter Juanchi Baleiron, y los segundos entonando himnos del propio Bob Marley.

En la otra carpa o Escenario Alternativo, el sello S-Music le daba espacio a sus artistas, además de vender en un puestito discos y remeras de las bandas que difunden. En la tarde pasaron Bigger, Perez y Parte Planeta.

Banda de turistas hizo bailar con su retro pop/rock, devenido en babapop en los dos últimos discos. “Química”, “Cajón de madera”, “Cada día” y “Locomandas” fueron festejados por un reducido pero fervoroso público.

En su llegada al escenario principal, Almafuerte ganó público, una multitud se acercó para ver qué tenía para decir el más grande del heavy nacional. Pero perdió tiempo, acostumbrados a cerrar, esta vez Ricardo solo tuvo una hora. “Del más allá”, “Sentir indiano”, “El visitante” sonaron en todo su esplendor. Iorio se despachó en agradecimientos a sus colegas, se olvidó un par de frases en las letras pero nada más. No hubo naufragio y resurrección como en 2015.

Propio de los tiempos que corren, la organización tiene una muy acertada app que cada uno puede bajar a sus celulares para tener en el bolsillo y bien a mano. Esta vez, el predio perdió un poco de ese sabor a feria, sin la vuelta al mundo o la tirolesa, pero ganó en actividades y juegos para los que van en familia o grupos de amigos. También la oferta gastronómica aumentó su cuota. Y la organización Un Tatuaje por una sonrisa estampó en las pieles el dibujo dedicado a los bateristas que Rocambole hizo este año para adornar la gráfica del festival.

El temático cerró con un trinomio argento demoledor. Animal, repasando los clásicos y anunciando nuevo disco. Carajo, haciendo la misma pero destructiva lista de temas que suelen hacer siempre, idéntica a la del año pasado; y el cierre de Malón, que presentó su álbum Nuevo orden mundial (2015).

Bien entrada la noche, el principal ofreció a las bandas en ascenso Salta La Banca y La Beriso. El grupo de Santi Aysine mostró su mejor cara con los temas de Eureka! (2015) e invitó al escenario al Mono de Kapanga para hacer “Bautismo”, y a Las Manos de Fillippi para “El Relato”. “Mauricio era lo peor que nos podia pasar, pero Daniel tampoco era un santo”, dijo el cantante, conocido por su discurso de izquierda, coincidiendo con el líder de Kapanga, que en conferencia de prensa había asegurado “dimos marcha atrás” cuando desde FM La Plaza 94.9 le preguntaron por Cambiemos.

Como en cada Cosquin, Ciro tocó hasta donde quiso, rodeado de una multitud, repasando temas de su carrera solista y de su ex banda. Aunque esta vez su compromiso como telonero de los Rolling Stones no le permitió cerrar el festival, sino solamente la primera noche.

Cobertura Cosquín Rock 2016 Día 2

Cobertura Cosquín Rock 2016 Día 3

Galería de fotos Cosquín Rock Día 1 por Diego Maita:

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