Entrevistas

Pega más, pega más

Eruca Sativa, el power trío cordobés, ya editó su tercer disco de estudio y continúa su paso firme hacia el reconocimiento nacional. Entrevista con la cantante Lula Bertoldi.

Las niñas (y el niño) mimados del rock actual editaron su tercer disco. Eruca Sativa, la banda que mostró que el interior aún tiene mecha para lanzar grupos potentes con una propuesta original y proyección de crecimiento, volvió al ruedo con un material que cierra la trilogía propuesta hace algunos años y que cada vez más los inserta al mundo de los escenarios grandes y la rotación mediática. Instalaron letras, se hicieron de público heterogéneo (incluso geográficamente) y comenzaron a recoger elogios por todas partes. Recientemente editaron, además, el primer corte de difusión de Blanco, que es “Fuera o más allá”, con un video filmado precisamente en el cerro Blanco de Córdoba, las sierras que los vieron nacer.

Hablamos con Lula Bertoldi, su cantante, quien nos cuenta acerca de la realidad de la banda y cómo fue el proceso que los trajo hasta aquí.

Hay un concepto que intentan perpetuar disco a disco.
– Si, de eso se trata, primero salió La carne, en el año 2008, después salió Es en 2010 y ahora estamos con Blanco en 2012; es nuestra trilogía, nuestro orgullo, están conceptualmente entrelazados y uno lleva hacia el otro. En 5 años lo pudimos concretar, y es muy loco en esta época donde sacar un disco es tan difícil, porque tenés que grabarlo, moverlo, llevarlo, viajar, realmente es todo un orgullo para nosotros.

– Su nuevo disco salió en noviembre, ¿Por qué no lo “freezaron” hasta principio de este año?
– Muchos nos habían dicho que noviembre era un mal mes para sacar un disco, que justo se terminaba el año, pero no nos importó mucho, no queríamos esperar a marzo y nos regimos por nuestro instinto, viste, por nuestra intuición. Venía todo el año muy a full y nos quedó listo para fines de octubre y dijimos “listo, ya está”. No queríamos que se nos pasara el año. Queríamos sacar un disco cada dos años, y pudimos cumplirlo. Llegamos bien con los tiempos, que es un desafío artístico enorme para nosotros, porque más allá de lo comercial, de ver si es o no un buen mes para editarlo, nos sirve como concepto. Nos resbaló un poco esa cuestión, es una cosa artística, de nuestra trilogía.

– Claro, a todo lo rigen por eso, pero más allá de su concepto, musicalmente, ¿les cuesta cerrar mucho un disco? Digo, con el proceso de madurez propio que requiere.
– No, al contrario, nosotros nos ponemos nuestros propios tiempos, decimos “hasta tal día se compone” y fijamos así, porque ese día nos vamos de la sala al estudio y tenemos que grabar. Nos manejamos con fechas límites y somos bastantes kamikazes. Por ejemplo a la fecha la ponemos a principio de año y decimos “entramos a grabar el 2 de mayo”, y listo nos ajustamos todo el tiempo a eso. Con Es y Blanco teníamos ya la fecha de grabación y ni siquiera todo el disco compuesto. Son locuras que hacemos nosotros porque nos gusta trabajar así. Componemos entre los tres. En Es nos encontramos después de las vacaciones y compusimos el disco casi entero en un mes. Nos encerramos a trabajar y salió el disco, con Blanco fue más largo el proceso, compusimos mucho más.

– Pero, jugar así con los tiempos ¿no les va dejando algunos temas sueltos que sirven como refrito para el siguiente?
– No, no, te juro que no. Pasa una cosa, como cada disco refleja un momento de la banda, sobre todo compositivo, nos gusta ser fieles con eso. Por eso lo hacemos en ese período, que sea cada dos años y que muestre cómo estamos. No queremos buscar temas viejos, solo una vez se dio con un tema que se llama “Mi apuesta”, que finalmente se editó en Es, pero que era muy viejo, un tema mío que existía en otra versión embrionaria desde antes de todo. Había quedado ahí colgado y ni siquiera salió en La Carne, pero lo reflotamos, arreglándolo entero y se metió en el disco. Decíamos “es la última oportunidad que tiene el tema, si no entra ahora no va más, no lo vamos a archivar para un tercer disco”, y nos gustaba tocarlo. Es el único caso así, una excepción porque nos gustaba. Nos gusta poner todo lo que tenemos en el momento, sino es muy viejo, lo sentimos así y no nos gusta. Que la gente no lo haya escuchado nunca es una sensación muy de la banda como artista.

– Y vos, a nivel personal, como músico, debés tener tus cositas que no encajan en Eruca y archivás por las dudas…
– Sí, obvio, y también como Eruca, por ahí teníamos 17 temas para grabar, quedaron 15 en el disco y se va archivando, porque le falta un arreglo o algo que no nos cerraba. Están ahí. Pero de ninguna manera usaría eso como algo personal porque fue compuesto por y para la banda. Hablaría muy mal de mí si se compuso o tocó como trío en la sala, usarlo para una carrera. Sí hay cosas mías, que es otro cantar muy diferente, que llevo y si no gusta se descarta, entonces vuelve a mí, lo guardo. Porque nunca pasó por la banda, los otros temas que te digo no se grabaron, entonces le pertenecen a Eruca, veremos si sirven alguna vez o quedan ahí en la nada, nadie sabe.

– ¿Cómo ves los discos hoy en día, físicos?
– Yo todavía los veo valiosos, imaginate que sacamos tres, y es algo muy romántico, el formato en sí ya se desvirtuó mucho, hoy lo descargan, lo ponen en la compu, en el reproductor mp3. Pero se está vendiendo, la gente lo quiere tener al físico, el arte es interesante y hubo un esfuerzo en eso. Nos rinde mucho, y Sony que nos distribuye nos ayudó poniéndolo en todo el país, lo que nos encanta, es un orgullo porque antes lo hacíamos de forma independiente y nos costaba un montón tenerlo en todos lados. Igualmente están el primero y el tercero nomás, el del medio todavía no se relanzó, está agotado, pronto saldrá.

– ¿Son atemporales? ¿Puedo llegar en cualquier momento a cualquiera de ellos?
– Sí, llegan como pueden a los discos y se encuentran luego con lo que hay detrás o adelante y gustan. Son momentos distintos claro, pero es la misma banda, si te gusta el estilo, más allá de que haya distintos desarrollos, te va a gustar cualquiera. Muchos nos fueron conociendo con el disco del momento y no con los anteriores, hay distintos seguidores y cada uno se queda con el momento en el que conoció a la banda. La gente se apasiona con las letras, y se enamoraron de la banda. Es todo un universo, los significados y mensajes, nos llega mucho. Somos delicados con lo que decimos y con la forma, sino pierde el encanto, se ha perdido el enamoramiento por las palabras en algunas bandas de rock argentino. No queremos dar las cosas tan masticadas, preferimos decirlo de una forma que sea única. Todo eso es escuela de Spinetta o Cerati.

– Sos muy respetuosa de los momentos, ¿qué lectura hacés de la exposición que está teniendo la banda ahora?
– Eruca tiene pocos años, pero nosotros artísticamente ya venimos desde hace varios más, y es una etapa donde vas aprendiendo constantemente y recorriendo el país. Compartir escenario con distintos proyectos, algunos que funcionaron, otros que no, unos que graban, otros se separan, hay de todo. Con Eruca se dieron muchas variables juntas que hicieron que funcione, que comience a dar frutos. Podemos vivir de esto, sacar un tercer disco, salir del país para tocar, cosas que requieren mucho trabajo y que a veces se frustra por cansancio o por falta de fuerza en el proyecto. Cada banda tendrá sus objetivos, nosotros tenemos la suerte de que todo lo que nos sale es muy natural, no hay nada pensado “para pegar en…”, siempre teniendo un sentido muy crítico de nuestra música, no está pensado en ninguno de los casos como un proyecto netamente comercial. En el mal sentido, porque creo que hay uno bueno, hacer lo que nos guste y que le pase lo mismo al público y a todos. Queremos que nuestra música sea respetada, lo lindo es que los producimos nosotros, no tenemos nadie que nos diga qué hacer ni qué dejar de hacer. La conjunción de ser libres artísticamente y de que guste es un combo explosivo que nos dejan que las cosas sucedan, eso hace por ejemplo que te llamen para shows importantes, para telonear artistitas importantes, para festivales. Hacen que se valore mucho nuestro trabajo y se entienda lo que queremos hacer.

– Entonces, ¿las variables cuáles son?
– Son muchas, tenemos esa trayectoria de ver cómo se manejan ciertas cosas, pero sobre todo el grupo de gente que te permite trabajar cómodamente porque te comunicás de manera telepática casi. Son tres cabezas que van para el mismo lado, y estamos dedicados exclusivamente a la música, los tres vinimos -cada uno por su parte- a radicarse a Buenos Aires, que tengamos el apoyo de nuestras parejas, de nuestras familias, de colegas. Que a los medios les guste lo que hacemos y nos pasen desinteresadamente. Todas esas variables y muchísimas más que son inmanejables, como que a la gente y a los medios les guste y te den bola, ¿viste? Esas cosas se dan, se juntaron todas con Eruca y nos permitieron un crecimiento muy rápido en 5 años. Nunca nos importó mucho el “qué dirán”, nos importaba ser fieles a nuestro lenguaje musical, ser originales, hacer algo distinto e impactante a nivel auditivo. Nos gusta el rock así, pesado, con ruido, y con volumen. Pero nos gustan también los matices. Hacemos lo que queremos, nos parece y nos gusta. Terminó ganando nuestro criterio y sentimos que no nos equivocamos.

– La banda tiene estridencia, y tu estilo de voz es tan particular que me pregunto si es una adaptación que hiciste o siempre cantaste así.
– Yo siempre canté así, muchos me preguntan cómo hago. Está controlado, ensayo todas las semanas, es algo que me sale y desde que empecé canto así. No lo adapté para la banda, Eruca es lo que es por los factores que la componen, yo toco y canto así. Brenda y Gaby (bajista y baterista, respectivamente) aportaron su impronta y tocamos así y todo eso es la banda. Son tres individualidades juntas formando una cosa conjunta, que es algo muy fuerte. Algunos nos van a ver y buscan cuál es el líder, y vos ves tres personas que ninguno tiene más presencia que otro en el escenario, son dos bestias Gaby y Brenda, tocan impresionantemente y tienen estilo, se mueven mucho. Cada cual en su rol tiene parte de liderazgo, está equilibrado y es muy interesante de resaltar.

– Si, se nota la naturalidad ¿dudaron alguna vez si este proyecto iba bien encaminado?
– No, porque nos tenemos mucho respeto y mucha admiración, cada uno del trabajo del otro, nos escuchamos mucho y nos mostramos arreglos o bases. Yo estoy tocando con los dos músicos que hubiera querido tocar toda la vida. Son los más grosos por su virtuosismo y por cómo me entienden, agarran una idea que llevo y la dan vuelta y termina siendo una cosa que no puedo creer. Los admiro un montón.

– Radicados en Buenos Aires, ¿encontraron una escena que los acompañe?
– Hay de todo, está súper variado el ambiente. Está interesante y variada la movida, hay un guiso enorme (risas), muchas bandas del interior que se vienen a explotar su proyecto y son grandísimos, entonces es remarcable este momento. Es un paso importante ese de largar todo y venirte a vivir acá. No podemos mirar para otro lado, en Buenos Aires se corta el queso, ¿viste? Tenés que venirte, es muy difícil hacerlo desde otro lugar, no digo que sea imposible, pero nos hubiera costado muchísimo más hacerlo desde Córdoba, muchísimo más tiempo. Escuchamos proyectos increíbles acá, y de bandas que no son precisamente de Buenos Aires. Se están haciendo muy buenas cosas de todos lados, del “interior”, entre comillas porque están acá.

– ¿Entonces creés que hay que tomar una exposición mayor antes de regresar y soltarse en giras?
– Claro, la verdad que es una pena que uno tenga que dejar su casa o su lugar, que se yo, es la realidad, o venis a vivir o seguido, porque para muchos, no digo todos, es inevitable; tenés que hacer un paso y hacer cosas que desde las provincias no se puede. Vas a un medio, hacés una nota, uno por lo menos de la banda tiene que estar.

– ¿Y qué es? ¿el caudal de gente? ¿los medios?
– Hay muchos factores, está todo centralizado en Argentina, si bien hay producciones con miras a las giras que abren el juego, no se puede negar la realidad. Es hora de algo más federal, sería buenísimo, pero bueno.

– ¿Qué queda de aquí en adelante como proyecto?
– Estamos muy contentos y muy orgullosos del material que es Blanco, queremos explotarlo y exprimirlo al máximo, queremos viajar al exterior, a México y a otra ciudad de Latinoamérica, este año vamos a girar, girar girar, y tocar muchísimo. Es la parte más linda de la vida del músico, viajar, conocer lugares y llevar lo que hacés a escenarios de todo el país.