Coberturas

Taragüi Rock 2014, día 1

Comenzó la quinta edición del festival correntino, que se posiciona como el más importante del NEA. Bandas regionales, buen sonido y el río como protagonistas.

Foto gentileza de Cultura Corrientes

De alguna manera, el Taragüi Rock aplica la táctica del Caballo de Troya musical que necesitan las escenas de las provincias. Esto es, poner algunas bandas de gran convocatoria encabezando la grilla para atraer al público y así meter en un escenario excelente a un montón de grupos regionales que tienen poca difusión.

El año pasado había sucedido algo curioso: lo más atractivo del festival estuvo en las bandas regionales. En conocerlas, escucharlas. Muchas de ellas tenían más para decir que los grosos nacionales que cortaban tickets. Este año, la cosa viene más o menos parecida.

La quinta edición del Taragüi Rock tuvo una etapa previa en la que 136 bandas de Corrientes, Chaco, Misiones, Formosa, Mendoza y Buenos Aires, se inscribieron para poder participar. Compitieron durante dos jornadas realizadas en el Club Boca Unidos. Finalmente, la grilla quedó conformada por 26 grupos, entre músicos megafamosos, invitados de la región, Paraguay y Brasil, y los ganadores de esa doble competencia.

El festival, organizado por el Instituto de Cultura de la provincia de Corrientes, busca hacer lugar a las bandas locales, que en muchos casos vienen tocando desde hace tiempo sin lograr demasiada difusión. Integrar musicalmente a la región es un propósito explícito. Lo dicen sus organizadores.

Como todos los años, el lugar elegido para la realización del Taragüi es el Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola, que posee un escenario grande, con un sonido excelente y buena puesta en escena. Con entradas accesibles (100 pesos los dos primeros días, 120 el domingo), los correntinos y chaqueños (Resistencia está a diez minutos en auto, apenas cruzando el puente) tienen un festival para destacar.

El día uno arranca a las 17.30. Los encargados de abrir el festival son los Impuntuales, de Jardín América, Misiones. Se trata de un cuarteto de pibes jovencísimos que escucharon mucho a Andrés Ciro. Buenas voces, lindos temas, pero caminan hacia el más de lo mismo con ciertos tics piojosos y una armónica que resulta contraproducente para lo que hacen.

Ante no mucho público (en todos los festivales, la mayoría suele llegar tarde) tocan estrictos treinta minutos y se despiden con “un tema que habla de Misiones”, también dedicado a Cerati. Allí cantan de tierra colorada, sangre guaraní, surubíes y el río Paraná.

Simónimos, de Corrientes, es una grata sorpresa. Garage pop de guitarras, con look rockeramente cuidado. El grupo arranca a las 18.15. “Queríamos tocar a esta hora porque queríamos ver a cuántos les gusta el rock. Porque a los que les gusta vienen temprano”, agita su cantante desde el escenario, ante no más de 300 personas repartidas por todo el anfiteatro.

Hasta acá, la organización del festival viene tan impecable que los correntinos de Hasta La Barba arrancan cinco minutos antes de lo que anuncia la grilla. La banda, con hinchada agita trapos, despliega su combo fiestero con cantante a lo Pastillas del Abuelo.

La Gente, de Chaco, aparece después. Rocanrol con caños y nombre un poquitín demagogo, son un éxito para el público, que a esta altura ya ronda las dos mil personas. El cantante, que para el horror de la humanidad imita a Junior de La 25, tira un “huele a la chaqueta de Otto acá, eh”.

Cuando ya está de noche aparecen los Neto, de Misiones, para meterle poder y calidad al escenario. Hip hop, salsa, funk, reggae. Es un bandón que se suena todo. “Ven a bailar el ritual del litoral”, agitan sus dos cantantes. “Esto es Neto, de la Triple Frontera, papá”, dicen. La rompen.

La Murga, de Corrientes, es la única banda regional que toca más de media hora. Son los mimados de la jornada. Festejan sus veinte años. Son de Goya, la segunda ciudad de la provincia, donde se hace la Fiesta Nacional del Surubí, dice el presentador. Musicalmente un poco estancados en los noventa, hacen un rock “divertido” (ska, reggae, letras loser irónicas). Hablan del “olor a río” y repuntan cuando se ponen menos fiesteros. “Si Argentina se queda sin rock, que venga para el Nordeste”, dice su cantante.

Luego llegan los dos pesos pesados de la fecha: Guasones y Los Cafres. Los dos tienen ganado el público desde el vamos. Cuando los platenses suben al escenario, el anfiteatro ya tiene cubiertas sus tres cuartas partes, más de diez mil personas. La noche es agradable. La gente canta las canciones, toman la cerveza que reparten los mozos (!) por todo el predio y aplauden a rabiar el breve homenaje a Cerati que emiten las pantallas antes del set de la banda de Guillermo Bonetto.

La jornada dos probablemente sea la de menor convocatoria: además de bandas regionales, tocarán Pez y Attaque 77. Para el domingo, con Tan Biónica e IKV, se espera un lleno total.

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