Discos

Rocabola (1997)

En la seccion»Discos del Rock Salteño», de la revista Rock Salta, reseñamos el primer álbum de Perro Ciego.

Como si se alinearan los astros, comienzo a escribir esta nota un viernes a la noche. Suenan los Stones y todo parece muy obvio: el disco que elegí es Rocabola, de Perro Ciego. ¿Acaso el disco de rock salteño que más entró en la gente?  Es cierto que hoy escucho el cantito futbolero de la hinchada de Perro, en el cual le pide a la banda que “no rompa las pelotas y toque Rocabola” y me molesta, porque respeto y valoro muchísimo el crecimiento musical que tuvieron desde ese momento (15 años atrás); pero por otro lado, es imposible pretender que la gente que sigue al grupo no tenga por siempre presente ese repertorio que fue el que puso al rock de autor en un lugar importante de la cultura salteña. Si Rocabola tiene una virtud es ésa. Después de mucho tiempo de dominio del repertorio folklórico, la gente empezó a cantar canciones de rock escritas en Salta.

Rocabola es un disco sencillo pero prometedor, que se mueve dentro de los diferentes ritmos clásicos de raíz negra: el rock and roll, el shuffle, el blues y el booggie. Las temáticas son las reglamentarias: la fiesta rockal y el escabio (“Cualquier bar”), historias de sexo (“Sin molestar”, “Fiesta loca”), las peripecias del andar nocturno (“No queda nada”), el barrio antes de que exista el rótulo rock barrial (“Rock del Barrio”), obviamente entrelazadas entre ellas. En una vieja nota realizada con motivos de los 20 años de la banda, Salchi comentó que “los temas de Rocabola eran casi todos míos (…) las letras eran mucho más livianas, mas rocanroleras, mas viejita. Con el tiempo fue siendo un poco más poética la cosa. Va cambiando con el crecimiento de cada uno. No es lo mismo cuando teníamos 18 años que ahora…”.

El título del disco tributa al nombre original de la banda y fue grabado por una formación que no es la actual, ya clásica y masiva. El Perro de Rocabola estaba integrado por Salchi en la voz, Gamba en viola, Jopo en bata, Carlos Aguilera (actual bajista de Mi Karma González) en bajo y Fernando “Rata” Pérez Herrera en teclados (a propósito, prueben con googlearlo y verán grata sorpresa).

Rocabola fue editado originalmente en cassette, luego sería digitalizado y pasado a CD. Eso nos lleva a pensar en otros tiempos. El cassette se conseguía en los recitales, pero también en las disquerías de la época pre Musimundo. El álbum fue grabado (y esto es un dato interesantísimo) en los Estudios de MusiCoop, una cooperativa de músicos que, entre otras actividades, daba clases de instrumentos. El estudio estaba armado en un baño, y la grabación fue realizada por Enrique “El Loco” Albarracín en una portaestudios Tascam de cuatro canales y una vieja computadora, con un arcaico software de

grabación que para la época era de vanguardia.

Rocabola es sin lugar a dudas, y en más de un aspecto, uno de los discos seminales del rock salteño.

Arte original del cassette (Gentileza Carlos Vega).

* Nota publicada en la edición número 2 de la Revista Rock Salta (junio de 2011)