Entrevistas

Todos sangramos igual

Desde Rosario llega el debut del dúo Valle, una demostración de la inclaudicable alquimia del free rock. Resignación exorcizada por pedaleras.

Por Lucas Canalda
Fotos gentileza Valle

Valle es la sociedad musical del guitarrista Pablo Giulietti y el baterista Federico Toscano, ambos ex integrantes de Alucinaria, proyecto que se disolvió a principios del año pasado. La propuesta surge desde el impulso natural de dos hermanos musicales por compartir las canciones nacidas allí donde la química manda y el pulso se desata para encontrar sorpresas más allá de las estructuras.

Tanto Giulietti como Toscano pertenecen a generación que creció desconfiando del rock de pulso guitarrero por creerlo agotado y demodé. Sin embargo, son dedicados estudiosos de la historia del rock & roll y demuestran que un sonido de guitarras no tiene que ser necesariamente riffs machacantes, recursos redundantes y lugares comunes. Valle funciona como una dosis de angustias urgentes y un ruidismo amigo de la canción de flotación libre.

La primera aparición del grupo data en el FestiPolvo de marzo de 2017, ocasión en la que el sello Polvo Bureau celebró sus seis años de vida. Allí, bajo el nombre de Yuliett -proyecto solista del guitarrista-, el dúo se hizo carne en veinte minutos de furia taciturna y un pulso dinámico que fluía con libertad entre miradas y gestos de sus integrantes. La intensidad de ese set demostraba que la propuesta no se quedaba cómoda en los estándares abúlicos de una generación y era capaz de darse a la combustión distorsionada así como también a la soltura del free rock. “Para ese festival íbamos a tocar todos los músicos del sello, se suponía que yo toque como Yuliett, solo, con el formato con el cual venia tocando: guitarra acústica, teclado y voz. Como ya estaba aburrido de esas canciones, del formato y demás le dije a Fede de armar otro proyecto, con otras canciones y con guitarra y batería”, recuerda Giulietti al hablar de la génesis del proyecto Valle. “Armamos los temas, los ensayamos y tocamos en el festival. No daba cambiar el nombre en ese momento porque no se iba a entender así que tocamos casi todas las canciones que después fueron las de Valle. Decidimos elegir otro nombre para diferenciarlo de mi proyecto solista, además porque era otro estilo, eran otras canciones”, agrega.

Valle2

– Desde el primer recital dejaron en claro que hay un elemento de libertad en Valle, un free rock que nace entre sus miradas sobre el escenario, un espíritu jazzero. ¿Esa soltura fue intencional?
– Giulietti: Esa libertad se dio desde siempre. Está bueno que podamos estirar los temas, bajar de intensidad, acortarlos o lo que sea haciéndonos un par de miradas. Como que lo vamos dirigiendo durante la canción y eso es algo que a veces lleva mucho tiempo para que suceda en una banda. Acá se dio de una manera muy espontanea, creo que eso es súper valioso, mantener esa cosa lúdica y muy del momento. Digamos que lo de la soltura y toda esa cosa re free de llevarlo para cualquier lado se da de una forma súper natural, no hay plan nunca y eso me parece que está buenísimo, un poco de chispa.
– Toscano: Es algo que se dio naturalmente, quizás por conocernos de tocar varios años juntos en otra banda y de compartir mucha música. Si bien somos una banda que se apoya en la estructura de las canciones, disfrutamos mucho de las partes puramente instrumentales, de manejar distintas dinámicas, improvisar y dejar que ocurran cosas en el momento, algo que hace que todos los shows sean bastante diferentes entre sí.
– Mientras la guitarra es potente y cruda, la batería es puro dinamismo, nunca tenés que ponerte más pesado para mantener tu firmeza.
– T: Llegamos a eso porque es la forma de tocar de cada uno. Nunca nos propusimos tocar de una o tal manera, creo que ambos compartimos una misma visión sobre cómo arreglar y llevar las canciones, ya sea en las partes mas contenidas como en las más caóticas. Además Pablo es un muy buen guitarrista rítmico, lo que hace que para mí sea muy fácil seguirlo. También maneja muy bien los los climas e intensidades y eso me deja espacio para llenar con distintos arreglos rítmicos y no cumplir solamente una función de base, y ahí aparece esa cosa más intuitiva y libre que es lo fundamental de esta banda.

En septiembre de 2017, casi sobre la primavera, llegó Valle, el debut oficial y homónimo del grupo, nueve canciones vertiginosas sobre esas estampidas personales que estallan por dentro dejando rotura mental y angustia en el pecho, heridas relamidas por hermandades perdidas y animales suicidas. Así como la duración del disco se escapa vertiginosa, es fácil imaginar a Giulietti escribiendo sus letras en aquellos instantes en que es mejor prender fuego todo, soltar y pasar a otra cosa. En definitiva, una pila de resignación destinada a ser exorcizada por pedaleras y un volumen al rojo vivo.

En valle.bandcamp.com se leen tags como rock, noise, alternativo, etiquetas que sientan bien para descripciones fugaces pero parecen insuficientes para describir una propuesta que termina de concretarse en el ardor del vivo, donde el volumen cree aún más y la química entre Giulietti y Toscano permite que las canciones se dilaten y se contraigan para ubicarse en algún lugar entre la zapada y la canción pegadiza estruendosa.

El LP fue producido por el propio grupo junto a Martín Salvador Greco, el hombre que comanda el estudio El Salvador y que además es bajista de Mi Nave y La Paz Ciencia. Greco tuvo un rol clave como guía durante las sesiones que devinieron en el primer esfuerzo del grupo. “Martin se encargó de grabarnos y hacer sugerencias, nos iba tirando algunas ideas como para llenar un poco, alguna guitarra o algún coro”, señala el guitarrista. Su compañero agrega: “Martín nos viene escuchando desde los primeros ensayos, es la persona que más conoce a la banda, así que decidimos grabar el disco en su estudio porque era el lugar donde más cómodos nos sentíamos. Greco hizo un trabajo buenísimo, grabación, mezcla, mastering, todo estuvo a su cargo. También aportó a la hora de definir algunos arreglos instrumentales, vocales. Entendió desde el primer momento que era lo que queríamos hacer y logró sacarnos el mejor audio posible”.

Greco hizo un gran trabajo al encontrar la ubicación perfecta para la voz de Giulietti entre tanta guitarra furibunda. Luego de varios lanzamientos personales que lo tienen como un cantante ubicado en la esfera lo-fi, la etapa de Valle obliga a sacar toda la voz que Giulietti venía guardando. En otras palabras, le llegó la hora de pelar. “Estoy acostumbrado a grabar en mi casa y como vivo en un departamento no puedo andar a los gritos porque se me enojan los vecinos”, apunta el prolífico músico. “Lo de cantar cuando grababa en casa era un poco más controlado porque justamente esas canciones eran más folk, acústicas, más tranquilas. Acá tuve que cantar y encontrar otra identidad también, me gusta y me divierte eso de buscar otra forma, encontrar otra posibilidad de hacer las cosas”, agrega.

Artículo publicado en el número 27 de la revista Rock Salta.